Al fin, la buena de Aminatou fue devuelta a El Aaiún, tras pasar 32 días en huelga de hambre en Lanzarote.

Como muchos recordaréis, Aminatou inició una huelga de hambre debido a que las autoridades marroquíes no le permitían volver debido a que aseguraban que no pertenecía a Marruecos.

Desde el momento en que la activista comenzó su huelga de hambre, las autoridades españolas comenzarón las conversaciones con Marruecos para intentar solucionar el asunto pero, ya sabe, las cosas de Palacio van despacio, y no se llegaba a un acuerdo. Incluso se pidió la mediación de los EE.UU en el asunto...pero, ciertamente, ellos no pintaban nada en este asunto.

Por fin Marruecos cedió, y Aminatou dejó su huelga de hambre para volver a El Aaiún con su familia.

Ahora bien...¿alguien tiene la culpa de esto? No hay culpas, solo resposabilidades y falta de sentido común...principalmente por parte de Aminatou.

Todos recodaréis la famosa huelga de hambre por parte del bueno de De Juana Chaos, que no comió nada hasta que el gobierno no accedió a sus reivindicaciones. Pues nada, parecer ser que en este país, si quieres conseguir algo, jugar con tu propia vida es efectivo.

Pero no es solo jugar con tu propia vida, es manipular la humanidad de las personas, la buena voluntad que estas puedan tener para conseguir tus objetivos, y mucho peor si esos objetivos son políticos. No digo con esto que Marruecos no tenga culpa de nada, pero todas estas personas que ponen en juego su vida, no ya para luchar por un ideal, estilo las guerras medievales del pasado...no, esto es lo más bajo que puede hacer una persona, que es recurrir, vuelvo a repetir, a la buena voluntad de las personas, cuando el sufrimiento es voluntario, cuando hay miles de personas que pasan hambre porque no tienen más cojones que pasarla.

Aminatou, me alegro de que hayas vuelto con tu familia, pero chicha, que bajos has caido.

Qué bonitos son los sueños de los estudiantes, esos sueños en los que acabas la facultad y entras a trabajar en un buen trabajo, con un buen sueldo, con un buen jefe (o jefa), que te da mucho espacio para maniobrar en los asuntos del trabajo y todo es felicidad.

Y los sueños, sueños son. Aunque hay mucha gente que no lo ve así, empezando, desde mi propia experiencia, por profesores que opinan que luchando siempre, plantando cara a los jefes y compañeros de trabajo para evitar que te pisoteen, alcanzarás la libertad y la autorrealización en tu vida profesional, llegando a ser algo grande, tu propio jefe...y estoy de acuerdo en lo de que haciendo todas esas cosas llegarás a ser tu propio jefe...si, en el paro.

A mucha gente le parece que este mundo es multicolor, en el que el negro no aparece.
Que un profesor, nos diga que, dada su experiencia en la vida sabe mejor que un proyecto de periodista que si te revelas y plantas cara siempre conseguirás lo que te propongas...un abogado nos dijo esto, un abogado que no tiene otro jefe que sus clientes con los que, si no se siente a gusto, puede dejarlos...no cobra, pero por lo menos no es despedido...y qué seguridad da eso.

En el mundo del periodismo, primero, tienes que ser muy bueno, y si no lo estás demostrando durante muchos años, de nada sirve. Llegar el primer día al trabajo con tus leyes y tus ideales, dispuesto a defenderlos hasta la muerte, no sirve sino para acabar en las colas del INEM. A todos nos gustaría que no fuese así, desde luego, pero en este mundo, que a mi parecer, es de un negro que asusta, o tragas o te tragan.

Pues nada, parece ser que aún hay idealistas que no se han pegado las suficientes hostias antes de darse cuenta de que son unas marionetas dirigidas por personas que solo piensan en sus propios intereses, y que como se atrevan a romper las cuerdas que les dirigen, acabarán en la basura.

No quiero decir con esto que a lo largo de toda nuestra vida vayamos a tener que estar como esclavos, pero que tenemos que hacernos a la idea, y cuanto antes lo hagamos mejor, que vamos a tener que tragar muchísimo, seremos humillados, seremos dirigidos como personajes de videojuegos, y acaso a veces acabaremos con el agua al cuello, pero ese es nuestro futuro, así está diseñado este sistema social y esta vida.

Y todo aquel que no lo vea así, es que es ciego y sordo, y no conoce la situación social en la que nos encontramos. Es hora de despertar y prepararse para lo que está por venir.